Estamos inmersos en la vorágine de las compras navideñas y quizás todavía no hemos salido a la superficie a tomar el aire para poder continuar con las de los próximos Reyes Magos. Sea como fuere nada tan consumista como estas fechas y nada más irracional que sus horarios comerciales.
Nos llenamos la boca de lo que ha avanzado la sociedad en los últimos siglos por lo que hace a los derechos de los trabajadores y resulta que “nos venden” de la mejor manera posible que la libertad de horarios comerciales es la panacea, el progreso y el no va más. Resulta que ahora si no compramos en domingo o en días festivos ya no tenemos tiempo para hacer todas nuestras compras, ya no vamos a ser capaces de adquirir todos los regalos necesarios con qué ofrecer a familiares y amigos nuestro cariño y amistad. Todos estamos muy ocupados y no tenemos tiempo.
Preocupa el egoísmo de cada uno de nosotros que hace que ciertos colectivos laborales se vean perjudicados en su vida particular y familiar. Muchas familias han hecho de los festivos comerciales el núcleo de una unión familiar que se basa en ir de tiendas y en el peregrinaje programado de los diferentes centros comerciales. Y éso les une. Pero esa unión está cimentada sobre la empobrecida vida familiar de los trabajadores del sector comercial, sobre su poca calidad de vida familiar, sobre su ausencia de vida familiar. Porque cuantos más comercios abren, más trabajadores trabajan y más consciencia tomamos todos de que más servicios han de abrir los festivos para que yo pueda satisfacer “mi libertad”. Pero también más cerca estoy yo de ser prisionero de esa libertad de horarios y más probabilidades de trabajar en festivo tengo.
Me sorprende, no obstante, ver cómo ciertos sectores que considero más esenciales todavía se resisten a la tan cacareada libertad horaria. Cuando tengo que hacer una gestión ante cualquier administración pública no me queda más remedio que pedir permiso en mi empresa y, a costa de parte de mi sueldo, ir en los horarios que me marcan los organismos públicos a resolver la gestión pertinente. ¿Saben lo bien que me iría poder ir a las ocho de la noche, o un día festivo por la mañana, a resolver la gestión municipal que me requiere mi ayuntamiento?. ¿O lo bueno que sería poder ir a mi banco uno de estos días festivos a resolver mis gestiones bancarias?. ¿O ir a la comisaría de policía a las siete de la tarde, hora en que ya he salido de mi trabajo, a renovar mi documento de identidad?. O ........ O.......... O.........
Pero veo que no. Que de momento, no. Pero no defallezco pues estoy seguro que el día está por llegar y a lo mejor, o a lo peor, podré hacer todo éso y más. Podré ir un día festivo a mi ayuntamiento a realizar mis gestiones, como buen ciudadano que soy, pues los funcionarios municipales estarán trabajando y que cuando acabe éstas me pasaré a renovar mi DNI por la comisaría de policía donde su personal de forma eficiente me atenderá. Y saliendo de la comisaría pasaré por mi oficina bancaria donde realizaré mis modestas gestiones financieras y todavía estaré a tiempo de pasar a recoger a mi hijo por la escuela, sí, sí, por la escuela dónde si no debería estar si sus padres están trabajando. Finalmente iríamos a reunirnos con mi mujer a la salida de su trabajo y, previo paso por un supermercado haríamos la compra de la semana. Todo ésto si, claro, no es que yo también haya tenido que trabajar este festivo para poder atender a mis clientes. ¡Buffff!. Y a ésto le dicen ir hacia adelante.
2 comentaris:
Estic d'acord amb el que dius, però el meu dubte és cal que tota la societat faci festa el mateix dia? Quan un treballa en festiu té festa un altre dia. La societat del futur no es podria organitzar a partir de cap dia festiu per tota la societat, així cadascú tindris els seus dies festius corresponents, però tot estaria obert cada dia, o no? alguna botiga podria tancar en dilluns, altres en dimarts, etc. el mateix passaria amb tots els serveis, inclosa l'escola. Això obligaria a organitzar-se d'un altra manera i portaria més problemes de consiliació de la vida laboral i familiar, però al mateix temps també tindria aspectes positius ja que tot el sector de l'oci funcionaria tots els dies i no només els caps de setmana. Crec que és complicat però caldria anar avançant cap a la supressió dels caps de setmana de tota la societat.
Sí, és cert el que apuntes "Anónimo" i segurament seria més ideal i utòpic que el que succeeix actualment. Però li veig un greu problema a aquest plantejament i és el següent: com conciliem la vida familiar si resulta que jo treballa en el sector de l'ensenyament, la meva dona en el sector comercial, el meu fill gran en el sector de l'oci i la meva fill en el sector alimentari?. Aquí rau el gran problema de la utopia dels horaris laborals i comercials, s'ignora la vida familiar i això no és bó.
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