Escucho la COPE y me sorprende, es un decir, el giro radical que ha experimentado esta cadena de radio respecto al Partido Popular. Antes de las elecciones los políticos de este partido eran, mayoritariamente, los más invitados y entrevistados por los diferentes programas de su parrilla. Se constataba que habían depositado grandes esperanzas en ayudar al Partido Popular a volver al poder. El resultado no satisfizo, por lo que se ve, a los grandes presentadores de la COPE y a los pobres dirigentes populares les llueven yoyas desde todos los sitios imaginables.
Al señor Rajoy lo tratan de inútil para arriba y lo humillan de forma despectiva reordándole ahora sí, ahora también, que ellos lo votaron pero que no lo volverán a hacer nunca más. Es bien cierto que del amor al odio hay sólo un paso.
Escucho la SER y me sorprende, es un decir, cómo en sus tertulias se pone en duda las medidas excepcionales dictadas por el gobierno para combatir la crisis económica y cómo se cuestiona la capacidad del PSOE y de sus dirigentes para pilotar la nave española en tiempos tan tempestuosos. Desde que se celebraron las elecciones parece como si los contertulios se animaran los unos a los otros para ver quien habla más claro sobre la incompetencia del gobierno.
El señor Zapatero ya no es el líder intocable que todo lo hace bien y que sabe gobernar la nave a golpe de buen timón.
¿Qué nos está pasando?, que diría aquél. Éste no es mi niño que me lo han cambiado, que diría el otro.
¿Por qué estos cambios tan evidentes?. ¿Qué ha sucedido?. Seguramente lo que late en el trasfondo de la cuestió son unas expectativas no cumplidas en el tiempo ni en la forma. Seguramente la apuesta al caballo ganador que acaba entrando en segundo lugar deja un mal sabor de boca y pone en evidencia que las consignas lanzadas tuvieron menos poder de convicción del esperado. Quizás, sólo quizás, para no quedar en evidencia los “gurús de la COPE” han decidido pasar al ataque y cambiar el caballo.
Por el otro lado, y desde la muerte del fundador del imperio, parece que el gobierno del PSOE ya no prodiga la exclusividad de sus guiños al grupo PRISA y los reparte con otros medios en estos momentos más proclives a ellos. Y ya se sabe que no hay nada peor que una mujer despechada y en el momento en que se ve el negocio peligrar no hay nada como lanzar la consigna de ir hacia la deriva, lenta pero sin pausa, de la crítica desnuda de toda orla.
Ambos predicaban cosas diferentes, pero tal parece que sin el ejemplo de la verdad que se merece tener el rigor informativo. Nos dicen lo que les interesa a ellos, no lo que nos interesa a nosotros que es la verdad informativa sea del color que sea. Nos tratan con el convencimiento de que somos manipulables y que no nos merecemos nada más. Nos tratan como a súbditos tontos y no como a clientes exigentes de un periodismo veraz. Olvidan que nosotros, y no ellos, tenemos en nuestras manos el poder de decisión de escucharlos .........., o no.
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