“Dos niños hablando en el recreo no tienen por qué causar sospecha. Pero sí la generan si no se expresan entre ellos en catalán. Por ejemplo, si hablan en castellano pueden llevarse la reprimenda de los vigilantes del patio del colegio. No es una exageración, ni siquiera una anécdota. Es la reglamentación de la Generalitat de Cataluña, que considera que la zona de recreo está incluida en el espacio escolar y, por lo tanto, sujeta a la normativa lingüística”. De esta forma iniciaba ayer la noticia “Colegios de Cataluña imponen el catalán incluso en los patios” el diario digital La voz libre, que en otro párrafo llega a decir “no basta con que se estudie, sino que, además, se hable tanto en la vida profesional como privada”. Por la noche tuve ocasión de ver la tertulia Veo El Mundo, de la cadena digital Veo7, donde también se habló de esta noticia en parecidos términos.
Cíclicamente sale, una y otra vez, este asunto como tema recurrente (véase Telemadrid, El Mundo y los ciudadanos de segunda) que llena muchas páginas y horas de comentarios no siempre mesurados y pensados. Esta vez parece ser que un letrero-pancarta en la zona previa al patio del colegio Betánia, de Cornellá, con el lema “Al pati parlem en català” (“En el patio hablamos en catalán”’) ha sido el desencadenante de una nueva polémica interesada con comentarios tan impactantes como el siguiente: “Yo propongo a Montilla y a todos los políticos nacional-socialistas-catalanistas que lleven a sus hijos a ese patio del colegio de Cornellá y comprueben qué es un campo de concentración infantil, donde ni para hablar hay libertad. Al menos los nazis dejaban expresarse en su idioma”. Este comentario está realizado por un tal Anónimo, es decir, por alguien que tiene a bien no identificarse, antiguamente decíamos “lanzar la piedra y esconder la mano”. Ante el letrero-pancarta se puede reaccionar de dos formas muy diferentes, en positivo o en negativo.
La reacción positiva me lleva, en primer lugar, a pensar que la traducción al castellano de la forma verbal "parlem" puede ser ambigua pues tanto puede ser indicativo como imperativo de una realidad. No es lo mismo “en el patio hablamos en catalán”, que sugiere una recomendación, que “en el patio hablemos en catalán” que puede sugerir imposición. La reacción positiva también me lleva a pensar que el patio es donde mejor se puede practicar el catalán ya que en las aulas muchas veces se prioriza el silencio. Positivamente podría pensar que, al ser Cornellá una zona de mucha emigración de distintas procedencias, el patio es donde mejor se pueden relacionar los alumnos y que puede ser una forma de irse introduciendo en una de las lenguas de la sociedad que los acoge. Si no nos escandalizamos cuando en las clases de inglés se exige que se hable únicamente en esa lengua, ¿por qué nos escandalizamos cuando en Cataluña se solicita que los alumnos utilicen una de sus lenguas?
La reacción positiva me lleva a entender que recomendar hablar en catalán no implica, forzosamente, prohibir hablar en castellano. Quizás lo que se busca es facilitar la integración de los diferentes colectivos emigrantes para que utilicen una lengua común, el catalán, que propicie la relación entre todos ellos y deshaga la tentación de juntarse en el patio por nacionalidades o comunidades lingüísticas. Positivamente pienso que la escuela sólo pretende que se hable en una lengua común, seguro que busca que todos sus alumnos tengan algo en común lejos de cualquier imposición y con la finalidad de que se entiendan entre ellos.
De la reacción negativa ya se ha hablado en otros medios y por lo tanto la obviaremos aquí.
Para acabar, tan sólo decir que si se produce un abuso pues que se actúe sobre ello, pero que inferir de un hecho concreto la generalización de una situación como mínimo sugiere que lo que se pretende es vender más diarios o aumentar las audiencias televisivas. La noticia es referente a una escuela mientras que el titular habla de centros en plural. Titular que lo primero que me sugirió fue la imagen de los profesores que vigilan los patios corriendo detrás de los alumnos para así poder sancionarlos si cometían la osadía de hablar en castellano. Y como ésto no es así, doy fe de que mis compañeros y yo nunca hemos corrido detrás de ningún alumno en el patio, no puedo más que estar de acuerdo con la señora Elvira Fuentes, de la Asociación por la Tolerancia de Cataluña, de que forzar a los niños a hablar catalán en los patios atentaría contra la privacidad de sus conversaciones. Evidentemente.
6 comentaris:
Entenc el to molest i fins i tot malhumorat de l'article. Ja ens hi tenen acostumats! Això no vol dir que no ho hàgim de denunciar tantes vegades com convingui, però ja sabem quin és el discurs. És el que han generat molts polítics que han fet la política una arma de desqualificació i de confrontació per guanyar vots.
Aquestes opinions no fan més que atiar més el foc de la desconfiança que s'ha generat envers una institució, l'escolar, que mai s'havia d'haver fet servir com a arma política. Penso que hem de ser positius i palesar que en la majoria de les nostres escoles les coses es fan bé, amb seny pedagògic. El que ens ha de preocupar són els alumnes i el dotar-los d'unes habilitats comunicatives sòlides.
I a aquests mitjans... aplicar-los allò de “ladran, luego cabalgamos” (això, ho entendran? Ànims! A seguir treballant amb optimisme, sense defallir. Els nostres alumnes i els nostres mestres no se la mereixen, tanta porqueria.
I tant que molest i malhumorat Xavier, però sobre tot, de vegades, cansat de la mateixa cantarella dia sí i dia també. Estic d'acord en que han fet de l'educació un camp de batalla on dirimir les seves diferències polítiques. Llàstima, doncs això ens impedeix avançar com a societat.
No es cuestion de privacidad alguna. Es cuestion que los niños, por muy niños que sean tambien tienen derecho a elegir. Especialemnte en el recreo, que es un tiempo destinado para el descanso. No para que tambien en ese momento le den el coñazo.
Apreciado "Anónimo", no conozco ningún colegio que en el tiempo dedicado al recreo sus profesores se dediquen a dar el coñazo a sus alumnos. El letrero, me imagino, que es más una recomendación debido a la emigración extranjera del lugar que no una imposición. Y mucho menos contra el castellano.
Esto es cierto y me parece aboslutamente vergonzoso que los niños no puedan expresarse en los dos Idiomas, en Catalunya se está limitando la Cultura de los niños, solo se les enseña lo de dentro de casa, así les irá en elñ futuro, oajalá algún dia los alumnos conozcona los dos Idiomas al mismo tiempo,eso se llama "Cultura"
Antonio, desde la realidad escolar los proyectos educativos que se lleva a cabo en los centros están encaminados a que los alumnos salgan trilingues pues en las aulas se enseñan el catalán, el castellano y el inglés preferentement como tercera lengua. Los alumnos entre ellos se expresan domo ellos quieren y sin ningún tipo de problema.
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