Constatar que la actuación de Rodolfo Chikilicuatre en el festival de Eurovisión 2008 ayudó a que fuera el programa emitido por una sola cadena más visto en los últimos seis años y que el minuto de oro fuera su actuación con 13.873.000 espectadores y un 78,1% de cuota de pantalla da, más que pensar, que reflexionar sobre el tema. Ante estos datos más de uno, y de dos, debería ser honrado y decir: ¡está bien, lo admito, yo también lo ví!.
La primera reacción ante el fenómeno Chikilicuatre podría ser de sentir vergüenza porque tal cantidad de gente haya visto un espectáculo de tan bajo nivel cultural representando a España. La segunda reacción podría ser pensar que hasta 47 millones todavía nos quedan 33 milones de españoles que no lo vieron. De todas formas yo diría que el objetivo de este montaje se ha cumplido más que de sobras, ¿qué buscaban sino una audiencia monstruosa cuando el concurso había entrado en una fase de decadencia en los últimos años?. Y está claro que la España de la pachanga y de la pandereta continua funcionando bien pero, ¿saben qué?, mucho hablar de la horterada pero es el programa que barrió en audiencias. Siempre podremos consolarnos diciendo que cualquiera que se tome demasiado en serio el tema corre el riesgo de parecer ridículo.
Cierto que hay un gran público que considera que el concepto Chikiliquatre demuestra inteligencia y humor, aparte de un montaje de mercadotecnia brutal que ha hecho que gente que hacía muchos años que no veía el festival de Eurovision lo haya visto y que piensa que quien siente vergüenza de este montaje le falta sentido del humor. Otros consideran que el festival es una estafa y que se han reído de nosotros durante años y ahora nos hemos reído nosotros del festival y que se ha enviado el candidato perfecto para un festival tan vulgar. Y por si faltaban argumentos el sábado quedó bien claro que Rodolfo Chikilicuatre quedó en mejor posición que los representantes españoles de los últimos cuatro años.
Mucho me temo que los únicos espabilados aquí han sido los de la productora El Terrat. Hace tiempo que Buenafuente y otros se están forrando a nuestra costa con todos los frikis que fabrican para consumo nuestro. Ellos hacen de sus frikis su bandera transgresora de tal forma que se llega a considerar progre a Chikilicuatre.
Y mientras tanto la escuela, ¿qué?. Pues nada, como siempre, predicando los valores sociales, la solidaridad, el compañerismo, el altruísmo, el esfuerzo, el estudio, la constancia, las normas, los hábitos, el respeto, ……
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