Aquellos que siguieron las intervenciones parlamentarias de nuestros gobernantes en el Congreso de los Diputados sobre el tema de los trenes de cercanías debieron experimentar un sentimiento de vergüenza ajena bastante elevado. Desde el punto de vista político seguramente que el tema es poliédrico y susceptible de muchas interpretaciones, pero desde el punto de vista educativo la situación generada es triste y desafortunada.
El mensaje que nuestros gobernantes transmiten a nuestros jóvenes es el del escaqueo y el de la falta de asunción de responsabilidades. Con sus actitudes nuestros gobernantes les están diciendo que nadie es responsable de nada, que en esta vida si se sabe escoger un buen argumento y se hace el suficiente ruido mediático cualquier mala actuación puede dejar de ser culpa nuestra. Les estamos transmitiendo, como sociedad, el valor del escaqueo. Hagas lo que hagas, si lo puedes argumentar razonablemente, nunca será responsabilidad tuya. Este mensaje va calando en nuestros jóvenes.
En el momento en que un gobernante dice que la situación de los trenes de cercanías, y de las obras del AVE (alta velocidad española), es culpa del pasado y de los que gobernaban entonces transmite el mensaje del escaqueo y del “yo no tengo la culpa de nada, la culpa es de los otros”. Casi cuatro años después de llegar al poder ¿cómo puede ser la culpa de los otros?. El mensaje que les transmitimos a nuestros jóvenes es demoledor y lo acabaremos pagando como sociedad. Este mensaje de que “yo nunca tengo la culpa de nada” socialmente no nos lo podemos permitir. Después nos quejamos cuando como consumidores recibimos la respuesta de “¿a mí qué me dices?, yo sólo trabajo aquí y si no te está bien la culpa no es mía”. Nadie se siente responsable de nada.
En los centros educativos los educadores (padres y docentes) dedican muchas horas y esfuerzos a trabajar toda una serie de valores y habilidades con el objetivo de hacer personas mejores y sociedades más justas. Nuestros gobernantes están en el escalón más alto de nuestra sociedad y por ello han de ser ejemplo y espejo donde nuestros jóvenes deberían reflejarse. Pero el reflejo que transmiten es muy diferente al que como educadores queremos para ellos, y lo más triste de todo es que ese reflejo es muchas veces más fuerte que las enseñanzas de los educadores.
Hacer una sociedad más justa requiere de unos gobernantes responsables y honestos. De unos gobernantes que en estos momentos no tenemos.
1 comentari:
Muy bien el comentario. Y veo que has reducido el espacio del tema, es como decia Josep Plá si es muy largo el libro no lo lee casi nadie por que se cansan. Los temas ha ce ser cortos y enjundiosos. Te felicito. Y otra cosa, si pusieras algunas fotos quedaria mucho mejor.
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