diumenge, 29 de juny del 2008

Vacaciones escolares

Y como cada año ya han llegado, ya están aquí. Son las vacaciones escolares de verano que nos traen, por enésima vez, las quejas de un sector de padres que consideran que son extensas e injustificadas. Incluso algunos culpan del tema a la Iglesia por aquello de las interrupciones escolares en navidad, Semana Santa y el verano. Pero, la verdad, es que hacemos, aproximadamente, las mismas vacaciones que hacen otros países pero resulta que nosotros las tenemos más concentradas mientras otros las hacen más repartidas durante el curso. Si aquí tuviéramos un calendario más laico, como en Francia por ejemplo, trabajaríamos seis semanas y libraríamos una más un mes de vacaciones en verano. No hay ningún sistema escolar que satisfaga a todos a la vez.
A muchos habría que decirles que en nuestros centros no podríamos impartir clase en julio y agosto, puesto que las aulas están sin acondicionar. Les podríamos recordar también que muchos alumnos durante el curso llegan a estar fuera de casa unas once horas diarias, más que una jornada laboral. Que las vacaciones escolares antes no eran un problema pero desde que la mujer se incorporó masivamente al mundo laboral, los abuelos ya no residen todos en casa y que cada vez más los adultos dedicamos más tiempo a la jornada laboral ya no sabemos qué hacer con los hijos. Muchas cosas se están haciendo mal para que la compañía de nuestros hijos sea un estorbo.
Ahora que somos adultos ya no nos acordamos con qué ganas deseábamos las vacaciones y lo bien que nos iban para desconectar y hacer otras cosas que no fuera la rutina diaria. Pero, ahora que somos padres, pedimos que no haya vacaciones pues no nos cuadra bien en nuestra organización personal diaria. La pregunta sería, si tanto os molestan los hijos en casa, ¿por qué los tuvísteis?. ¿Para tenerlos fuera de casa todo el día durante todo el año?. Habría que recordar que los hijos no son de los profesores, son de los padres.
¿Qué las vacaciones de los escolares son demasiado largas?, desde hace muchas décadas así es. Quizás, solamente quizás, el principal problema sean los horarios laborales absolutamente aberrantes que gozamos en este país pero no por ello los escolares tienen que pagarlo. Y como siempre en esta sociedad nuestra es más fácil meterse con la escuela, con los profesores, que no con las empresas y los empresarios. Como las empresas aún no se han puesto las pilas al respecto cada vez que hablamos de conciliación de horarios atacamos por el eslabón más débil y acabamos incrementando el número de horas de permanencia escolar, en cualquiera de sus variantes, de nuestros hijos.
Todos los años la misma queja en las mismas fechas, ¿se imagina a su media naranja pidiendo a su jefe, sí al de usted, que le quite días de vacaciones porque molesta en casa?. No es cuestión de castigar al niño.